Saturday, February 21, 2009
Christina Love, An American, Falls In Love With Medellín
El 'Love' se le subió a la gringa Christina
UNA NORTEAMERICANA QUE no quiere partir, testimonia la transformación que vive Medellín y pide a los paisas que no cambien por nada del mundo.
A Christina, una trotamundos, la cautivó la calidez de la gente y el cambio que vive la ciudad. "Aquí son muy queridos con la gente que viene, siempre tienen tiempo para explicar dónde está un lugar y si es posible van contigo. Eso no existe en ningún lugar, es increíble", cuenta agradecida la extranjera.
Ha visitado todos los rincones de la ciudad y, como habla español, dice que se siente tan cómoda aquí que puede caminar por cualquier sitio.
León J. Saldarriaga L. - Medellín | Publicado el 21 de febrero de 2009
Ciudades hermosas y turísticas como París, Madrid, Sidney, Turquía, Roma y una pequeña isla griega han sido residencia temporal de esta neoyorquina, pero en ninguna la había picado el bicho que la tiene cautivada en Medellín.
La picadura la "enfermó" y le extendió a más de dos meses una visita que planeó para sólo dos semanas, porque pretendía seguir para Brasil y Argentina. "Después de estar en Suramérica es un poco estúpido para no ver otras cosas, pero no podía irme, todos los días hay cosas que pasan, empecé a tener un estilo de vida como si viviera aquí...".
Algo raro ocurre cada que programa su regreso a Nueva York, porque Avianca aplaza el vuelo y el incumplimiento alegra un corazón que no quiere irse todavía.
Extrovertida, cálida y alegre, como pocas gringas, en su nombre: Christina Love, se conjuga el carácter de padres canadienses, con ascendencia inglesa, escocesa e irlandesa por el papá, y griega por la madre.
Esa suma de culturas y de idiomas (habla francés, español, griego y, por supuesto, inglés) llegó a finales de diciembre a Medellín, cuando la ciudad estaba vestida con las luces de Navidad.
En ese jolgorio se mezcló su preparación académica en Economía Política, Negocios y Diseño en las universidades de California, en Berkeley, y de Harvard, en Boston, aunque se despertó más su espíritu de artista.
¿Pero qué tiene cautivada a Christina Love? Aquí, dice, la gente es más feliz, y reivindica aquel estudio que afirma que Colombia es uno de los países del mundo donde son más felices. "Dicen que Tailandia es el país de la sonrisa, pero aquí la gente cuando da una sonrisa es con toda la cara".
Las mujeres de Colombia, reconoce, son muy hermosas, pero observa que hay mucha cirugía plástica, y los hombres los encuentra más delgados que en Estados Unidos.
El embrujo del Cauca
Acogida por una pareja de amigos que integran Francis, un publicista surafricano, y Vicky, una paisa, a Christina le ha alcanzado para encantarse del verdor de las montañas de esta tierra en Santa Fe de Antioquia, Jericó, Rionegro, El Retiro y Bolombolo.
En el último ha sentido el embrujo de los caudales del Cauca y el San Juan, y se ha deleitado con los frutales de sus cálidos poblados ribereños como el mango, la guanábana, el níspero, el lulo y los bananos.
¿Y Medellín? La asombra que aquí se oriente el 40 por ciento del presupuesto a educación. "Es increíble, es lo que todos los países deberían hacer, y el mismo E.U., porque sin eso no hay nada que vaya a cambiar".
Con su espíritu abierto entabló amistad con artistas con los que pinta y recorre la ciudad, pero prefiere los sitios populares del centro porque los siente "vivos".
De tantos que conoce, la impresiona que el metro de Medellín es muy limpio, y le parece interesante el pico y placa, porque Nueva York ha intentado hacer lo mismo, pero lleva años discutiéndolo sin concretar nada.
Antes de venir leyó mucho sobre Pablo Escobar, el narcotráfico y, más reciente, varios artículos del New York Times que hablan de una recuperación económica con las confecciones, las flores y manufacturas.
En este presente ve un "renacimiento" de la ciudad, y cuando pregunta a la gente si les gusta Medellín, ve que son muy orgullosos. "Eso es bueno y no pasa siempre, porque hay ciudades en que la gente dice que no está mal, pero también cosas negativas, aquí nunca".
Cuando tantos se quieren ir a otros destinos, Christina confiesa su encanto por Medellín y siente temor por algo que -"parece estúpido pero es verdad"- puede pasar cuando un lugar tiene mucho turista y llega dinero rápidamente. "Con otros gringos hablamos de eso siempre, tenemos miedo que la gente cambie, y espero que no cambie nunca".
Le quedan tres o cuatro noches para afianzar su amor por la gente de Medellín, por el ímpetu del Cauca y las montañas de Antioquia. También para disfrutar el mondongo y vocalizar la fruta que más le gusta pronunciar: melocotón.
Antioquia bilingüe - Charmed by Medellín
Christina Love, an American artist and designer, had planned to be in Medellín for just two weeks and it's been two months, she is that fascinated by the city. Although Love has lived in many European and Asian cities, she admits there's just something here that enchants you.
Just a few days shy of returning to New York, she's sad to leave and asks 'paisas' to never change the way they are when Medellín becomes more of a tourist destination. She realizes it takes time to change a reputation left behind by drug-trafficking, but she'll definitely talk about the transformation she has witnessed
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